lunes, 4 de mayo de 2009

Envase original

Ben era un chico normal, de cabellos castaños, ojos cafés y de un metro setenta de alto. Trabaja en un circo como trapecista, le fascina dar vueltas por los aires y dejar anonadados a todos los chicos que lo ven.
En una tarde de otoño, decidió limpiar el altillo de su casa. Dentro de una de las cajas viejas, que estaba ordenando, encontró unas ocho fotocopias, abrochadas al margen superior izquierdo con un ganchito de abrochador. No había más que eso: Hojas blancas, con letras, en contraste claro mate impresas, con algunos manchones típicos del material fotográfico, y asimismo poseía una manchita de café, debido a la ruptura de una pequeña tetera de mármol, que también se encontraba dentro de la caja.
Estas hojas pertenecían a un libro, cuyo titulo de un mayor tamaño que el resto del texto, subrayado y en negrita, era “19 de diciembre de 1971”. Estas hojas le habían dado mucha satisfacción cuando era joven, mientras esperaba que empezaran las funciones del circo.
De repente una sensación le invadió todas las extremidades de su cuerpo y su corazón; se sentía un desagradecido, nunca había comprado aquel libro que le había dado tanto placer. Solo se conformo con leer esas simples ocho hojas, de forma rectangular, de un papel fino y suave al tacto.
Las agarró y sin pensarlo, las rompió en pedazos. Las tiró en una bolsa, junto a la tetera y otras cosas inservibles, dentro de una bolsa de basura y la cerro.
Bajo silenciosamente las escaleras, para que no gritara Tomi, el perro que dormía en la cocina, y cuidadosamente se dirigió para la puerta de calle. Dejó la bolsa en el cesto.
Estaba bien decidido, iba a la librería del barrio, a comprar ese libro, para releerlo, pero ahora sí, en su “envase original”.

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