miércoles, 18 de noviembre de 2009

Proceso de escritura

Desde que comenzó en segundo cuatrimestre, una pregunta rondaba en mi cabeza: “¿qué escribir en el proyecto?”. Varias ideas surgieron en el trascurso del tiempo, pero ninguna me convencía. Hasta que un día, común a los demás, en una actividad del taller, se me prendió la lamparita.
Esta actividad consistía en leer un ensayo del autor Ítalo Calvino, y fijarnos qué tipo de ensayo es: académico, literario o periodístico. Pero luego de su lectura, brotaron, en mi imaginación, infinitas dudas que caducaron en el pensamiento de cómo habían cambiado los mapas, a causa del avance tecnológico de los últimos tiempos. Igualmente el tema ese mismo jueves, después del taller, no me cerraba. Pero el viernes, cuando mi novio me estaba llevando a su casa en su auto, una voz hizo que en mi mente surgiera el eslabón faltante: el GPS. Éste es el invento que está remplazando al mapa, pensé. Y me decidí a escribir sobre él, es decir, de su función, de su remplazo con el mapa y en qué nos está convirtiendo día a día.
Empecé a escribir, en un fin de semana, al principio sin pensar. Escribía lo primero que se me ocurría: lo que sabía de él, su estructura cómo funciona y lo que pienso sobre su uso. Después, comencé a darle forma, es decir, a poner las cosas en orden, para que tenga coherencia. No tenía intención de hacer un ensayo literario sino periodístico, no para que sea publicado en el diario, pero si en una revista de interés general. Por eso intenté usar un tono más formal, serio, que diera objetividad, sin perder la subjetividad que caracteriza al ensayo y, a su vez, provocara una reflexión en mis lectores, sobre el problema de la automatización que provoca la tecnología.
Al finalizarlo, lo releí y se lo envié a Emilia. Ella me hizo un par de correcciones que fueron muy útiles, pero una de ellas fue la más importante: “en el ensayo no tenés que concluir nada”. Fue un alivio, por ese motivo eliminé mis dos últimos párrafos que eran totalmente conclusivos y tomé la decisión de hacer otros más “ensayísticos”.
Además, no tuve necesidad de buscar información, es decir, todo lo escrito es producción mía, con le excepción de algunas definiciones buscadas en Wikipedia.
A pesar de que algunas de mis compañeras de taller me dijeron que era muy formal, decidí dejarlo de esa manera. Debido a que ese era mi plan, me había pospuesto a hacer eso que mi subjetividad se encuentre semioculta y que el lector puede leerla entre líneas. Y espero haberlo logrado
Disfruté mucho escribiendo sobre este tema, me pareció original, creativo y que pude hacerlo sin problemas. Asimismo, la lectura previa de varios ensayos, la creación de sus notas de lecturas, fueron útiles para llevar a cabo este proyecto y también, para entender un poco más el mundo del ensayista, que es complejo y muy interesante.

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